Según
-Simbología de calendario: cuando su significado se encuentra vinculado a una efemérides de una determinada fecha del año o aniversario particular.
-Simbología de representación: se da cuando los signos señalan grados jerárquicos y honores de rango.
-Simbología de emblema: es la que indica creencias políticas, sentimientos religiosos, tendencias sociales etc. Esto para potenciar una imagen personal o de grupo, tiene que sintetizar correctamente un proceder y no caer en el absurdo o en falsas abstracciones.
Por ello, todo detalle del vestido o del adorno que use el ser humano cumple siempre alguna de estas funciones o varias de ellas a la vez: intimidar, deslumbrar, agradar, proteger, disimular, subordinar, vincular.
Si los adjetivos mejoran los sustantivos, si “emprendedor” ennoblece al empresario, ¿qué lugar ocupa el adorno y qué representa en quien lo luce? Es innegable que cada pieza tiene su posición y su función. Según la parte que engalanemos predomina una u otra sensación. En la cabeza, majestuosidad. En el pecho, gloria. En las manos y brazos, seguridad y fuerza. En las orejas, expresividad. En el cuello, concreción. Pero el adorno también es erotismo, seducción; especialmente aquel que se luce con atrevimiento de cintura para abajo.
Ahora bien, las joyas tienen un gran papel en el mundo de la moda y la necesidad de actualización del ser humano y su singularización. Sobre este punto el creador de la Psicoestètica Cales Muñoz Espinalt decía: “Desde la noche de los tiempos cada hombre ha querido presentarse como un caso aparte de la regla general; sin discrepar plenamente de los demás, procura que se le considere una excepción y, tal excepción, por poco que de en el clavo, es lo que se deduce y le concede, la magia de la singularidad”
Siguiendo este pensamiento: ¡Qué amplio camino percibimos para el mundo de la joya!. Con su brillante y artístico toque puede hacer visible la magia de nuestra singularidad.
Ramiro Fernández Alonso
psicoesteta
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