martes, 7 de febrero de 2012

“¿Internet, Ramiro? Pura imagen”





  Si algo me sorprende de la psicoestética y de las ideas de su fundador, Carles Muñoz Espinalt es su perenne frescura. Ya hayan pasado 20 años por ellas, como 25, o 15, sus conferencias y charlas sobre la imagen siguen pudiéndose aplicar al día de hoy.

  Cuando el profesor Espinalt hablaba, internet no estaba extendido como lo está actualmente. Eso de los ordenadores… eso de las redes sociales… el facebook, los blogs, el intercambio de información… Nada de eso. Los interesados en su materia nos íbamos a Cataluña a escucharle y, con suerte, nos volvíamos con apuntes, gráficos y lecciones de imagen bien aprendidas. Los tiempos, como dicen, adelantan que es una barbaridad.
  Decía el profesor Espinalt que el progreso había hecho a la persona más autónoma, ególatra, incluso, solitaria. Si viese cómo hoy millones de personas consumen horas de su vida ante las pantallas de sus ordenadores, diría, que más que solitarios, nos hemos convertidos en esclavos de nuestra imagen virtual.
  
  He de reconocer que, por mi edad, me manejo poco con internet, pero atento siempre a las conversaciones y a los jóvenes, sé escuchar y de estas entresacar algunas ideas que, con mayor o menos fortuna, traigo a estas líneas.


  Muchos de mis jóvenes clientes me hablan de su perfil del facebook, de su fotolog o de su blog. Interesado les pregunto qué es eso. Nunca rechacemos la oportunidad de seguir   aprendiendo. “Redes sociales, contactos, fotos, comentarios, conocimiento…”. Por lo que me comentan gran parte del tiempo que dedican a su vida social en la red la hacen a volcar en ella lo que hacen en su vida cotidiana. Concluyo, ¡qué afán de notoriedad! Ya no somos celosos de nuestra intimidad, no guardamos nuestras actividades, aficiones, sino que ahora se comparten sin importar quién pueda saberlo.

 Alguno de ellos me comenta que cuando visualiza los perfiles y sitios de sus conocidos tiene la impresión de que éstos no hacen más que mostrar lo maravillosa y estupenda que es su vida. Se afanan por mostrar sus viajes, sus progresos en el trabajo, sus parejas, sus comidas, sus adquisiciones tecnológicas… “Ramiro, pura imagen”.

  El profesor Espinalt hablaba a finales de los 80 sobre la soledad del hombre moderno de aquellos días. Una persona obsesionada por crear una imagen de éxito y aumentar su ego. Sí, eran los años de los tiburones, de los yupis, de aquellos hombres de traje noche y día y gomina. Han pasado 20 años y el hombre sigue asentado en su soledad y culto a la propia imagen.

  Como bien sabemos, para que tengamos imagen necesitamos de ojos que la vean. 20 años después, tecnologías por medio, ahora podemos mostrar desde la distancia la imagen de nuestro éxito. No es necesario que luzcamos por la calle caros trajes o elegantes corbatas; sino, simplemente, mostrar poseer una vida social rica en actividades y alegría. Sonrisas en un mundo lleno de crisis y tristezas. Que nuestros conocidos, allegados y más o menos cercanos, los “amigos” del facebook vean nuestro éxito, nuestra felicidad a través de nuestros perfiles. 20 años después, y todo sigue siendo imagen, Ramiro, pura imagen.


Ramiro F. Alonso
Psicoesteta

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