ALFREDO PÉREZ RUBALCABA
PORTE
El político socialista tiene un gesto corporal muy controlado y
conscientemente pausado. Con este autocontrol quiere transmitir seguridad. Su
andar es firme, pero pausado.
Mirada penetrante e
inquisitiva. Cuando le contradicen, sus ojos adquieren una movilidad inquieta
pero muy incisiva con signos de impaciencia. Contrasta con su cuerpo, que en
estos casos se mantiene rígido…
HABLA
Es el hombre tranquilo. La voz en Rubalcaba jamás se altera. Es el político que mejor sabe responder o evadir la pregunta. Labor de años y astucia política que completa con la riqueza de su vocabulario y una clara vocalización siempre en tono medio, sea para dar los buenos días, sea para replicar a la bancada de enfrente. Con su tono de voz medio quiere demostrar calma, mesura y saber estar. Su oratoria es fluida pero monótona, bien porque quiere alejarse del político grandilocuente y populista, bien porque le asaltan reflexiones o dudas al verse ante un auditorio que sólo le escucha a él.
La expresividad de las manos
es el rasgo que caracteriza al candidato socialista. Sus manos son lo más
expresivo y le aportan movilidad a su imagen personal. Tiene la mano pequeña y
un ágil de gesto. Con esta facilidad para expresarse con las manos puede
remarcar y enfatizar sus palabras como un profesor pero también como un
prestidigitador que prepara a fondo la estrategia que no todos ven con los
ojos.
Cabello siempre muy
recortado y aplastado con el afán de que ninguna punta de su cabello sobresalga
ni se rice, dándole una rigidez a su rostro que podría compensar con la barba.
Ahora bien la barba, cada vez más blanca, con el pelo tan oscuro le da un
contraste rígido a su cara. Si el pelo fuera más canoso le relajaría un poco su
rostro sin que perdiera vitalidad. La barba debería puntualmente acortarla en
la parte inferior de la cara –sotabarba- para que lo que vulgarmente llamamos
papada no le pudiera dar sensación de persona mayor y descuidada.
VESTIDO
De corte clásico y trajes oscuros,
transmite austeridad. Para no parecer un funcionario gris, alegra su
indumentaria con discretas corbatas a rayas que combina con sus camisas,
también a rayas en busca de algo de color. Rubalcaba es la antítesis de Durán i
Lleida, el diputado más elegante del congreso, pero la falta de “glamour” la
resuelve con su apabullante capacidad oratoria.
CONCLUSIÓN
Persona de aire serio pero
poco imaginativo y sí muy burocratizado. Cuando sonríe lo hace como de medio
lado, las pocas veces que ríe su rostro no se ilumina, al contrario, le da un
aire triste. Entonces parece más aún un personaje salido de un cuadro del Greco.
Su personalidad la muestra de forma muy consciente por tener muy claro el lugar
que ocupa y practica a sabiendas una de las claves de la política española, la “continuidad
en el gesto”.
(Artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA el día 17 de noviembre de 2011)
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