miércoles, 22 de mayo de 2019

Los siete candidatos a presidir el Gobierno de Asturias, frente al espejo


Análisis psicoestético de los candidatos de los principales partidos políticos a las elecciones del próximo domingo 26 de mayo en Asturias


Faltan unos días para la celebración de unas nuevas elecciones autonómicas en Asturias y los candidatos de los principales partidos multiplican su presencia en diferentes actos con el objetivo de difundir sus ideas, propuestas y proyectos para captar el voto. Es el momento en el que más expuestos están ante la sociedad que además de escuchar también evalúa y enjuicia su imagen. En este artículo analizo la mirada, el habla, el gesto, el vestido, el peinado y la capacidad de expresión de cada uno de ellos desde un punto de vista psicoestético. Como decía el profesor Carles Muñoz Espinalt: “un éxito es un fracaso si no se refleja en el semblante del triunfador”.


Adrián Barbón Rodríguez (Partido Socialista)
Recientemente empezó a padecer un cierto grado de alopecia y es cierto que luce su escaso cabello de forma actual y en línea con las nuevas tendencias pero tal vez con un excesivo rapado en las zonas parietales y temporales. Se sumó hace tiempo a la moda de lucir barba, que mejoraría si la remarcara para estilizar el cuello proyectando así una imagen de mayor equilibrio y armonía. Acostumbra a vestir de sport, con ropa sencilla y cómoda, aunque observo que poco a poco va ampliando el armario consciente de la importancia del cargo que representa.


María Teresa Mallada de Castro (Partido Popular)
De amplia sonrisa, personalidad cercana y cuidado vestido, luce un magnífico cabello que le permite variar cortes y peinados singularizando su figura, aportando un aire psicoestético positivo y proyectando una figura enérgica, moderna y actual. Es evidente que la apretada agenda de estas semanas le ha impedido mantener esos peinados tan dinámicos pero intuyo que sabe y aplica la teoría que defiende que quien cuida su imagen, demuestra creer en sí mismo.


Lorena Gil Álvarez (Unidas Podemos)
Cumple con el estereotipo de la nueva y preparadísima generación de representantes políticas. De estilo europeísta, rehúye del maquillaje, apuesta por un peinado natural y una vestimenta en la que prima la comodidad sobre la moda. Diría que su estilo es similar al de referentes de su misma corriente ideológica como Ada Colau, Ione Belarra o Tania Sánchez y quizás adolezca de cierta empatía por no mostrar una imagen más risueña y un timbre de voz más fuerte.


Juan Vázquez García (Ciudadanos)
Su amplia sonrisa lo abarca casi todo convirtiendo esa zona del rostro en la más representativa. El peinado a raya y sus gafas, le acentúan esa aureola de intelectualidad que irradia. Acostumbra a llevar las manos en los bolsillos, un gesto que debería tratar de corregir ya que oculta así una de las partes más expresivas del cuerpo. Lograría mayor cercanía si enfatizara con más fuerza su universitario lenguaje. No debemos olvidar que la vitalidad se logra con una mirada vivaz, un tono de voz vibrante y claro y un porte armonioso.


Ignacio Blanco Urizar (VOX)
Luce una buena percha propia de una persona que se ve que practica deporte con regularidad. Cuida su vestuario y elije con acierto los complementos, como las gafas, que potencian su personalidad. De corte de pelo y barba actualizados, apuesta por peinarse hacia atrás, un estilo que no le favorece tanto por su acusada frente y que mejoraría si ladeara el peinado para dulcificar su semblante y estética personal. Tal vez en la expresividad denota cierta seriedad y distancia. Armonizar lo que decimos con la mirada y la sonrisa es la mejor técnica para persuadir y el mejor camino para inspirar confianza. 


Carmen Moriyón Entrialgo (Foro)
Acostumbra a comportarse como una brillante doctora, es decir, con sencillez, cercanía y espontaneidad. Observo que no le preocupa en exceso su imagen y estética personal. De corte de cabello y peinado fijos, viste con corrección y elegancia pero sin salirse de unas pautas muy clásicas. No debería olvidar que actualizarse es rejuvenecerse y que cabello, figura e imagen personal tienen que coordinarse para convencer y seducir ya que estamos inmersos en la era de la imagocracia, es decir, el poder de la imagen que se apodera de casi todo.

Ángela Vallina de la Noval (Izquierda Unida)
Coordina de forma brillante su imagen personal con el peinado, la figura, el vestido y la expresividad. Aunque no lo exterioriza, cuida su cabello y sus incipientes arrugas porque sabe que hoy se maquillan y que lo más importante es que no nos salgan en el alma. De semblante risueño y amable, quizá su punto débil sea la oratoria, con un tono de voz bajo y grave que aleja el mensaje del oído del otro interlocutor.










Ramiro Fernández Alonso
Psicoesteta




PELUQUERÍA PSICOESTÉTICA RAMIRO
Arquitecto Reguera, 11
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martes, 30 de abril de 2019

Los cinco principales candidatos, frente al espejo





El político, antes que convencer, tiene que seducir, de ahí la importancia de una buena imagen asociada a la seriedad y el poder


Una buena imagen está asociada a la eficiencia y esta, a su vez, se relaciona con la calidad, la seriedad y el poder. Pasados los debates de televisión de los cuatro líderes de los principales partidos políticos que concurrirán a las elecciones del domingo (Vox no participó por dictamen de la Junta Electoral), muchos analistas se apresuran a medir las palabras, los gestos y el vestido de los protagonistas en un casting a la telegenia, la proximidad y la empatía. Independientemente de esas opiniones y de los programas electorales, repaso desde el punto de vista psicoestético el peinado, el vestido, la figura y la personalidad de Pedro Sánchez, Pablo Casado, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Santiago Abascal, no sin antes recalcar que el político, además de convencer, tiene que seducir.



Pedro Sánchez Pérez-Castejón (PSOE).
En estos escasos diez meses de mandato ha visto cómo su cabello blanqueaba, especialmente en la zona frontal, en los temporales y parietales, en una clara reacción capilar al estrés y la responsabilidad que supone el cargo. Líder de los socialistas desde 2017, durante los debates se le vio crispado y en ocasiones nervioso, algo lógico teniendo en cuenta que, según los expertos, era el que más tenía que perder. De vestimenta impecable y buena percha -fue jugador de baloncesto-, mostró una imagen algo altanera.



Pablo Casado Blanco (PP).
 Es el más joven del quinteto de aspirantes a presidir el Gobierno de España. Coordina con rectitud la capacidad de expresión, el corte de cabello, el peinado, la mirada, el habla, los gestos y el vestido. Quizá se le demande más serenidad y aplomo a la hora de defender las ideas del partido que representa y, en ocasiones, peca de mantener esa sonrisa permanente que le acompaña.



Pablo Iglesias Turrión (Unidas Podemos).
Desde su irrupción como figura pública ha mantenido una imagen similar. Su cabellera sansoniana le pudo servir como apoyo en los inicios, pero con el paso del tiempo se ha convertido en un estorbo. Su barba y coleta desaliñadas denotan una imagen impropia de quien aspira a un cargo de semejante responsabilidad dejando en el aire una incógnita: si alguien no se cuida, ¿puede cuidar de los demás? Es el único que huye del traje y la corbata, presume de comprar su ropa en Alcampo aunque en el segundo de los debates lució un jersey de la marca 198, que se vende por internet a 39,99 euros y que, al concluir, se convirtió en uno de los temas más comentados.



Albert Rivera Díaz (Ciudadanos).
Desde el primer día ha mostrado una imagen cuidada y moderna tratando de resaltar el dinamismo, la decisión y la empatía que pretende transmitir al electorado. A pesar de ser un político con una buena proyección, le falta cierto aplomo y serenidad a la hora de expresarse o dirigirse a sus rivales políticos. De gestos alterados, a veces incluso denotan inseguridad. Conserva una buena percha propia del gran nadador que fue durante su juventud, llegando en dos ocasiones a ser campeón de Cataluña en estilo braza.



Santiago Abascal Conde (Vox).
Atrás queda la media melena que lució durante un tiempo para apostar por un corte y un peinado de raya a un lado degradado en nuca y temporales, tan de moda hoy. Quizá no debería hacerlo tan corto en esas dos zonas para armonizarlo con esa barba cuidada de la que afloran las primeras canas, símbolo de madurez y experiencia. De amplio armario, combina perfectamente las prendas en función de la ocasión que se presente. Su punto más débil es la oratoria, a veces atropellada y con una dicción que hace difícil entenderle.















Ramiro Fernández Alonso
Psicoesteta


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lunes, 28 de enero de 2019

ESTE PAÍS NOS TRAE DE CABEZA


Quienes ostentan un cargo de responsabilidad son más proclives a que les salgan canas e incluso a sufrir una caída del cabello a consecuencia del estrés


No han pasado ni ocho meses desde que Pedro Sánchez accediera a la Presidencia del Gobierno de España tras el triunfo de la moción de censura contra Mariano Rajoy. De pelo preponderantemente negro, se presentó en el hemiciclo aquel 1 de junio del pasado año firme y seguro, pero los sobresaltos, las tensiones y los embrollos políticos que le han sobrevolado en este corto espacio de tiempo han provocado que entre el cabello del actual Presidente empiecen a asomar unos reflejos grises típicos de las primeras canas. El suyo no es un caso aislado. Quienes ostentan un cargo de responsabilidad, como consecuencia del estrés, son más proclives a la calvicie e incluso a sufrir pérdida de pelo.


Siempre pongo el ejemplo de Barack Obama, expresidente de Estados Unidos. En los ocho años de mandato pasó de tener una cabellera negra a empezar a blanquear sus sienes y acabar con el pelo casi totalmente blanco. Similar evolución experimentó su homólogo francés Nicolas Sarkozy. Cuando llegó al Elíseo en 2007, con 52 años, no presentaba ni una cana. Cinco años después abandonó la dirección de la República con el pelo plateado.


Lo mismo le está ocurriendo a Su Majestad el Rey Felipe VI tras acceder al trono, y más recientemente están siendo noticia las canas de su esposa, la Reina Letizia. En sus últimas apariciones públicas han llamado la atención las primeras canas de la ovetense y hay quien sugiere que seremos testigo de cómo su melena va mutando a gris. Doña Letizia hace tiempo que ha dicho adiós a las mechas "balayage" y se ha apuntado a la moda "granny hair". Ya se conoce el dicho: la cana es bella. Y si hablamos de asturianos no puedo dejar de citar al actual seleccionador nacional de fútbol. En su etapa de entrenador del Barcelona, a Luis Enrique se le multiplicaron las canas. Fueron poco más de mil días al frente del club y a pesar de sus éxitos -logró nueve de los trece títulos posibles- la tensión del cargo quedó reflejada en su cabello.

"El estrés no es causa per se de la canicie, la apoptosis prematura por estrés oxidativo podría explicar en parte por qué en situaciones de mayor estrés mantenido puede acelerarse la aparición de canas", leí al doctor Martín Gorgojo, jefe de la Unidad de Salud Capilar de la Clínica Dermatológica Internacional.

Volviendo al presidente del Gobierno, es cierto que sus canas podrían entrar dentro de la "normalidad", ya que forman parte del proceso de envejecimiento del cabello. Pedro Sánchez tiene 46 años, edad en la que muchos hombres comienzan a ver blanquear su cabello, pero si nos ceñimos a la herencia genética basta ver a su padre, con una cabellera negra como el carbón, para darse cuenta de que algo está pasando en los pelos de su cabeza.


Cuando hablo de las canas, invariablemente he comparado a mis compañeros peluqueros con los diplomáticos. Así lo plasmo en el libro "Cómo triunfar en la era de la imagen. Claves psicoestéticas para el siglo XXI". No es que tengamos que resolver problemas que surgen en las altas esferas, pero sí debemos encargarnos del cuidado de otros: los que aparecen por encima de nuestro cuello, en especial la canicie. ¿Son síntoma de vejez o de belleza madura?

Está claro que las personas citadas anteriormente lucen con naturalidad ese blanqueamiento progresivo de su pelo, pero ¿qué hacemos si alguno se preocupa? Detectar el origen es el primer paso para poder ofrecer una respuesta. Según estudios realizados por diferentes laboratorios, aparecen por la falta de actividad de la tirosinasa en los melanocitos del pelo. El estrés, el entorno, el trabajo? son factores que afectan al cabello y pueden provocar la rápida aparición de canas e incluso la pérdida de cabello. Da la impresión de que este país nos trae de cabeza.




Ramiro Fernández Alonso
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