La higiene capilar infantil es fuente de infinidad de
dudas, bulos y preocupaciones. El cuidado del cabello en los primeros años de
vida es fundamental para que el pelo crezca fuerte y sano y requiere una atención
permanente. Cada cuánto tiempo se debe lavar, el tipo de champú más adecuado y
con qué frecuencia hay que acudir a la peluquería son algunos aspectos que
tratamos en este artículo.
En contra de lo que
creen algunos, durante la infancia es aconsejable que los niños se laven la
cabeza a diario con un champú neutro y abundante agua a una temperatura
inferior a los cuarenta grados. En esta etapa de la vida el ser humano
despliega una gran motricidad, con continuos juegos y carreras, de ahí la
importancia de la higiene. Diferente es la dermatitis seborreica infantil, una
afección característica en los lactantes, especialmente en los primeros meses.
Se trata de una costra que aparece en el cuero cabelludo. En estos casos
aconsejo que se consulte al pediatra aunque no debe preocupar en exceso porque
con unos mínimos cuidados desaparece en muy poco tiempo. Siguiendo con los
consejos no puedo dejar sin citar a esos niños de pelo muy rubio. Además de
recomendar la utilización de un champú para cabellos secos conviene extremar
aún más si cabe los tiempos de exposición al sol ya que son más propensos a la
sequedad en las puntas. El dicho prevenir es curar, en este asunto, es una
máxima que todos los profesionales de la imagen debemos tener siempre presente
y, que los dermatólogos nos recuerdan constantemente.
Algunos padres se
empeñan en obtener un tono rubio claro para el cabello de sus hijos y emplean,
erróneamente, la camomila, una planta herbácea con propiedades medicinales pero
contraindicada a esas edades ya que las radiaciones solares pueden provocar
daños al cabello. Sí existen champús con camomila que resultan totalmente
inocuos aunque, como siempre, en estos casos, aconsejo acudir a un profesional
para que analice la piel y el pelo antes de cualquier aplicación.
Y si hay algo en estos primeros meses de vida de los bebés que más controversia genera es el corte de pelo. Acudir trimestralmente a la peluquería para que el profesional recorte con mimo esa pelusilla que aún no es cabello resulta muy beneficioso para el posterior desarrollo capilar. En mi salón somos conscientes de que esa primera visita al peluquero es un acontecimiento importante en la vida no sólo de los padres sino también del pequeño, tal vez similar a los primeros pasos, las primeras palabras o el primer diente que se desprende. Por eso entregamos una cajita que contiene una bolsita de plástico donde introducimos uno de los mechones y una cita en la que les digo: "tus primeros cabellos son un alegre recuerdo de gratitud al cariño de tus padres, una presentación social de tu bella imagen renovada y una ofrenda a la esperanza en tu desarrollo, en tu progreso y en tu vida". Como ven, para los profesionales de la imagen personal el cuidado capilar es importante desde muy temprano. Muchas madres tienen la osadía de coger las tijeras y olvidan que el corte de cabello es algo más que un trabajo mecánico, conlleva otras particularidades para favorecer el desarrollo capilar, sin olvidarnos, cómo no, de los motivos psicoestéticos, es decir, según va creciendo la criatura ir adaptando esos cortes a las características específicas del menor. La idea de que ante un pequeño cualquier estilo o forma del cabello es válido es un error.
Es más, durante esta etapa de la vida es cuando más hay que atinar en la elección del corte y del peinado. Higiene y psicoestética forman un binomio sobre el que se apoyará, en buena medida, la forma de ser y, por tanto, la manera de actuar de esa persona. Primero en la fase infantil de formación, luego en la adolescencia y más tarde en la madurez. Como siempre subrayo, por el bien de los niños, empecemos a cuidar su cabello en todos estos sentidos desde su más tierna infancia.
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