El
psicoesteta es una figura clave en el cuidado personal. Más allá del análisis
de las múltiples variables que afectan a la imagen de cualquier ser humano y
que inciden en la construcción de una marca personal, el psicoesteta trata de
jerarquizar, poner orden y aconsejar al cliente en ese camino hacia el
liderazgo y la confianza en uno mismo. Sin lugar a dudas, hoy desempeña un
papel indiscutible en la sociedad. Asesora y ayuda a encontrar un equilibrio,
adecua y adapta factores tales como el vestido, el calzado y, cómo no, el
cabello, para dar seguridad y modernidad a esa imagen personal tan importante
en el siglo XXI en el que nos encontramos.
El
pelo, con su corte y su peinado, es el factor más revelador de una
personalidad. Así lo subrayo en mi libro 'Cómo
triunfar en la era de la imagen. Claves psicoestéticas para el siglo XXI',
editado por Ediciones Nobel. La peluquería de hoy y de mañana será
psicoestética y los profesionales que nos dedicamos a ello tenemos ante
nosotros el reto de desempeñar el oficio con la capacidad, la preparación y las
exigencias que marcan la vida moderna. A mi juicio, estas son las diez claves
que debe cumplir un buen profesional:
-Presencia.
El cuidado de la indumentaria es fundamental para transmitir confianza.
-Estilo.
Hay que estar al día de las últimas tendencias para marcar un estilo propio
pero actual.
-Comunicación.
Cuidar el lenguaje y la forma de expresarse también forma parte de la belleza
personal.
-Saber
estar. Los buenos modales hay que llevarlos por bandera en el día a día.
-Humildad.
Nada se logra con falsa humildad pero para ser valorado hay que saberse auto
valorar.
-Entusiasmo.
Todo lo que hacemos tiene que estar impregnado de esa cualidad.
-Atención.
Esto obliga a estar a la vanguardia y con ganas de aprender constantemente.
-Prudencia.
Tanto en los éxitos como en los fracasos
y a la hora de tomar decisiones, la prudencia siempre es una buena compañera.
-Detallista.
El profesional propone pero no impone y si mima lo que hace y dice su consejo
siempre se tendrá en cuenta primero.
-Visión
de futuro. En un mundo tan cambiante como el actual sólo sobreviven aquellos
que saben adaptarse a los cambios con rapidez. El buen profesional debe tener
la habilidad suficiente para adelantarse a los acontecimientos.
Para
alcanzar el éxito es fundamental realizar un ejercicio de honestidad personal.
Saber qué se puede ofrecer, cuáles son nuestras potencialidades, en qué podemos
y debemos mejorar y cómo podemos explotar nuestros puntos fuertes. Reflexionar
con espíritu crítico y estratégico, analizar el entorno, fijar objetivos y
trabajar con constancia e ilusión son ingredientes fundamentales para forjar
una marca personal tan buena que el cliente que llegue a nuestras manos la
valore, la aprecie y la compre.
Ramiro Fernández Alonso
Psicoesteta
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