
Estamos
aferrados a creencias que hemos aprendido de niños, pensamientos y paradigmas
que hemos adoptado como verdades absolutas y que apenas nos hemos cuestionado
para comprobar su veracidad. Si en esas creencias y pensamientos encontráis
ataduras es momento de romperlas, deshacerse de ellas y empezar a afrontar el
presente de una manera amable, confiada y optimista. El famoso dramaturgo
inglés William Shakespeare escribió: "no existe nada bueno ni malo, es el
pensamiento humano el que lo hace aparecer así".
Si
nos miramos al espejo y nos gustamos empezaremos la jornada con buen espíritu y
más animados. Vivimos en la era de la imagocracia, el poder de la imagen que se
apodera de casi todo. Observamos y nos observan, juzgamos y nos juzgan, de ahí
que la imagen personal siga siendo una de nuestras mejores armas para
desenvolvernos con éxito en sociedad, para alcanzar esas metas que nos
propongamos para el año nuevo que se nos avecina.
Convertir
nuestro aspecto personal en una herramienta para seducir, convencer y progresar
es un buen principio para cambiar la balanza y empezar a ver el vaso medio
lleno o la cuesta hacia abajo. ¿Cómo lograrlo? No se necesitan grandes fórmulas
ni cambios radicales. Basta con empezar a cuidar los pequeños detalles, por
potenciar nuestra expresividad, por adecuar la vestimenta y mimar el peinado
adaptándonos siempre a las tendencias sociales y la moda del momento. Querer es
casi lograr; sin querer nada se logra. Tengamos esperanza, apostemos por el
futuro, seamos entusiastas. Persistamos
porque con ese espíritu lograremos las mejoras que tanto ansiamos.
Demostrémonos a nosotros mismos que hemos dado un cambio para luego dar ese
giro enérgico que nos lleve a donde soñamos hace tiempo. Feliz 2014.
Ramiro
Fernández Alonso
Psicoesteta
Autor
del libro 'Cómo triunfar en la era de la
imagen. Claves psicoestéticas para el siglo XXI'
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