El impulso a los valores que suponen los premios “Enrique Castro, Quini”
El fútbol base no puede tener en el resultado el principal aliciente. En edades formativas, a mi juicio, debe primar el aprendizaje y el disfrute. Una educación global donde se inculquen los mejores valores del deporte al mismo tiempo que se fomenta y practica una vida saludable.
No todo vale, ni mucho menos. La pasión por el fútbol debe ir siempre de la mano del compañerismo, el respeto, el esfuerzo, la humildad, la tolerancia, la camaradería y la solidaridad. Son muchos los grandes jugadores, la inmensa mayoría, que encarnan esta forma de ver el fútbol. Trayectorias inmaculadas, gestos inolvidables, compromisos irrenunciables. Citarlos a todos es imposible.
Sí quiero mencionar la iniciativa de la Real Federación Española de Fútbol con los premios “Enrique Castro, Quini”, un homenaje al histórico delantero asturiano. “Fue un hombre bueno, honesto, cercano y generoso, va- lores todos con los que la Fede- ración quiere identificarse”, incidió Luis Rubiales durante la presentación de la primera edición de estos galardones que recayeron por unanimidad en la Escuela de Fútbol de Mareo, en la categoría circunscrita a Asturias, y en Juan Mata, en la que responde a nivel nacional e internacional.
Desde la Federación quisieron destacar la labor deportiva y social que lleva a cabo la escuela de fútbol que impulsó Ángel Viejo Feliú en Gijón hace más de cuatro décadas. Un trabajo que va más allá de formar juga- dores y que con el paso de los años se ha granjeado una fama y un reconocimiento digno de aplauso.
Lo mismo que Juan Mata, a quien conozco personalmente desde que era un niño. “Juanín”, con un palmarés espectacular, impulsó en agosto de 2017 la Fundación Common Goal, un proyecto solidario que persigue utilizar el inmenso poder del fútbol para generar un cambio social y mejorar la vida de las personas más desfavorecidas del planeta. Con casi seiscientos asociados, los jugadores partícipes en este proyecto donan el uno por ciento de sus ingresos a un fondo que subvenciona a importantes organizaciones con capacidad para gestionar distintas campañas humanitarias.
Y es que el juego limpio, en todas sus versiones, debe ganar siempre por goleada.
Ramiro Fernández Alonso