Más de 464 millones de
segundos, más de 7,7 millones de minutos, casi 130.000 horas, 5.377 días. Ese
es el tiempo que ha transcurrido desde que el Real Oviedo y el Real Sporting se
enfrentaron por última vez en el Carlos Tartiere. Casi 15 años después el reloj
se volverá a parar y durante 90 minutos la “Asturias futbolera” estará
pendiente de lo que acontezca sobre el terreno de juego, en los banquillos y en
las gradas. El derbi soñado, la gran fiesta del fútbol regional ya está aquí.
Mucho
han cambiado las cosas desde el 18 de mayo de 2003 cuando el Oviedo se impuso
por dos goles a uno al Sporting. Los ‘Antonios’ –Rivas en el banquillo azul y
Maceda en el rojiblanco- capeaban como podían una temporada para olvidar.
Durante esta larga travesía en la que los equipos más representativos de
Asturias no se han vuelto a cruzar en sus caminos hemos visto muchas caras diferentes
en los banquillos. Por el del Oviedo han pasado quince entrenadores, por el del
Sporting diez.
Ahora,
frente a frente, estarán Juan Antonio Anquela (Linares, 1957) y Rubén ‘el Pipo’
Baraja (Valladolid, 1975). En aquel mayo de 2003 Anquela dirigía al Real Jaén y
‘el Pipo’ completaba su tercera temporada como centrocampista en el Valencia Club
de Fútbol. Hoy son ellos la imagen en los banquillos del Oviedo y el Sporting.
Ambos con una larga trayectoria ligada al fútbol. El de Linares acumula más de
dos décadas como entrenador, profesión que empezó a desempeñar tras 17 años de
futbolista, y que le ha supuesto el sobrenombre de ‘Anquelotti’. ‘El Pipo’,
también con 17 temporadas de experiencia como futbolista, etapa en la que ganó
dos Ligas, una Copa del Rey, una Copa de la UEFA, una Supercopa de Europa, un
subcampeonato de la Champions League y participó en el Mundial de Corea y Japón
y en la Eurocopa de 2004 en Portugal, lleva cinco años al frente de distintos
banquillos.
En
todo este tiempo he tenido la fortuna de atender a los dos. Al ‘Pipo’ durante
las concentraciones con la Selección Española de Fútbol, a Anquela
recientemente tras visitar nuestro salón. Ambos han demostrado que a pesar de
que no les preocupa la moda sí buscan singularizarse con naturalidad. Anquela:
humilde, discreto, educado, sencillo y cercano. La experiencia hace que no
despegue los pies del suelo y basta escucharle para saber que realismo y
sentido común son dos de los mensajes que transmite a diario a sus futbolistas.
Su pelo lacio y fino, en ocasiones optó por llevarlo bastante corto, aunque
dada su fisonomía le favorece tenerlo más largo, como luce ahora. Detallista a
la hora de elegir gafas, últimamente acostumbra a utilizar unas de montura
moderna que dulcifican su rostro y le aportan un aire intelectual.
‘El
Pipo’: tranquilo, pausado y de mirada fija muestra un estilo muy similar al de
su etapa como futbolista. De cabello rizado, emplea un gel fijador, cera o
crema para moldear el peinado de un cabello siempre degradado y actualizado que
le singulariza. A veces combina su imagen capilar con una barba cuidada de
varios días que encaja a la perfección con su forma de vestir; moderna y
cómoda.
El
4 de febrero únicamente tendrán el espacio delimitado a los entrenadores en la
banda para moverse y tratar desde allí de dirigir las ‘piezas’ sobre el terreno
de juego para alcanzar la victoria. Estoy convencido de que no pararán un solo
instante mientras prácticamente toda Asturias estará paralizada para ver lo que
acontece. Las gradas serán un clamor. Las dos aficiones más ejemplares de
España podrán demostrar su señorío, lealtad a unos colores y enseñar al mundo
que la rivalidad bien entendida y la deportividad en todos los sentidos son
señas de identidad de una región que lleva mucho tiempo soñando con
espectáculos así. Ojalá que no tengamos que esperar tantos días como esta
última vez para volver a vivirlo, disfrutarlo y que sea en Primera. Mucha
suerte a ambos.
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